De vez en cuando viajo, a veces incluso con el único objetivo de visitar un verdadero salón arcade. Es por este motivo que, aunque mi visita a París tuvo otros motivos (un concierto que finalmente se canceló, concretamente), y dado que investigando arcades en los sitios a los que voy me sería de gran utilidad encontrar a alguien que los recopilase o hablase en detalle en vez de ir a la aventura, he decidido empezar a hacerlo yo con opiniones detalladas e información que sería útil para cualquier interesado. Así pues, no perdí la oportunidad de pasar unas horas en el salón arcade de La Tête Dans Les Nuages y documentarlo por aquí: un salón ubicado a tan solo diez minutos de la Ópera Garnier de París.

El salón está en un sótano, pero desde arriba choca que parezca un parque de atracciones.

Primero que nada, y muy importante: en este salón no se puede pagar en efectivo metiendo un crédito, sino comprando una tarjeta de socio a través de sus máquinas, en la que cargamos dinero que representan nuestros créditos. La máquina es muy fácil de utilizar, dado que tiene selector de idiomas, permitiendo elegir entre francés e inglés. Asimismo, todos los empleados con los que hablé (y fueron unos cuantos) entendían perfectamente el inglés, por lo que aunque mi francés es limitado por ser generosos, no tuve ningún problema. No obstante, el sistema parece pensado para que el visitante no tenga muy claro cuánto dinero cuesta realmente cada máquina, porque en vez de hacer una equivalencia del tipo un euro igual a un crédito, nos encontramos con que veinte euros son unos sesenta créditos, pero las partidas más baratas consumen tres créditos, y las más caras... ¡¡¡DOCE!!! Que ya sé que París es cara y yo tengo mentalidad de pobre, pero casi me dio un infarto al verlo. Todo dependerá de la máquina elegida, en cualquier caso.

Hay algunas máquinas japonesas, especialmente de carreras, pero mi visita no tuvo mucho que ver con algunos vídeos que se ven en internet: parece que por 2013 o 2014 este lugar estaba repleto de juegos de lucha (incluso con cosas menos conocidas como Blazblue), e incluso contaba con un Time Crisis 5 y un House of the Dead Dark Escape 4D... pero a 14 de junio de 2023, la única máquina de luchas que quedaba era una clónica con Tekken 7 que me pareció un poco decepcionante. No he encontrado una lista, pero a grandes rasgos podríamos clasificar las máquinas entre cuatro bloques principales: pistolas, baile (Pump it Up principalmente), carreras, y VR, fuera de las clásicas máquinas de encestar, futbolín, etc. Hay también máquinas de origen occidental como las de Raw Thrills, que solemos ver en muchos centros comerciales de España, pero bastante más modernas y variadas, y la máquina de light guns que más merece la pena es, con diferencia, la de House of the Dead: Scarlet Dawn, aunque había otras como la de Jurassic Park o una de... Tomb Raider reboot. 

Este me pareció fantasía, pero solo tiene gracia si vas con tres amigos fans de Sega Bass Fishing

No obstante, la máquina que más me sorprendió, por ser tan moderna y diferente a lo que acostumbro a ver, fue la de Overtake VR: un juego de carreras en realidad virtual. La partida es cara pero merece la pena por la experiencia: necesitaréis la ayuda de un empleado (hay tres máquinas en constante vigilancia) para sentaros y equiparos con las gafas. Llevo gafas pero aun así no tuve problema alguno para colocarme las VR, y a partir de ahí a volar, literalmente: pese a ser de carreras, la partida tira más a la espectacularidad de su tecnología que a la técnica. Hay un montón de aspectos que hacen a la máquina bastante inmersiva, como el chorro de aire en la cara para simular la velocidad del vehículo. Además, tendremos una waifu copiloto que yo personalmente no vi hasta que llevaba tres minutos jugando y que me dio un susto de muerte, pero es como la sucesora espiritual de la novia asesina de OutRun 2, solo que aquí lo que celebra es que no te has chocado contra un dinosaurio.

La visita a la tête dans les nuages no me parece imprescindible, como sí lo son posiblemente otros salones europeos, especialmente los tres más grandes de España, pero sí merece la pena echar un rato si os pilla cerca. Además se trata de una franquicia que tiene sedes, al menos, en Lyon y Marsella, por lo que puede ser un lugar interesante a explorar si os pilla por aquellos lares.

Asimismo, a posteriori ya escribiendo esta entrada, no me voy sin confesar que me he retorcido al descubrir que parece ser que había otro salón arcade en la 10 rue des immeubles industriels 75011 de Paris, y parece que cuentan con una máquina de Dariusburst. Ya me da igual lo que haya en el resto del salón, porque esa máquina justifica la visita.

Eso ha sido todo. ¿Habrá más visitas a salones arcades en europa? Pues ojalá que sí, aunque ya lleve al menos otros tres a mis espaldas que quizá acabe cubriendo por aquí.