Durante años, un amigo me decía: "Tienes que jugar a Tacoma, juega a Tacoma por favor, te va a ENCANTAR Tacoma, si me quieres juega a Tacoma". Así que como soy idiota ignoré a mi amigo sistemáticamente durante casi cinco años sabiendo que podía jugar a Tacoma en cualquier momento y probablemente disfrutarlo mucho, pero aplazándolo siempre para más adelante porque no hagas hoy lo que puedas hacer mañana. Que si ahora se me ha roto el ordenador, que si estoy releyendo este manga por undécima vez, que si me pica el culo... Al final Tacoma se fue quedando ahí, esperando su momento. Pero por algún motivo que a día de hoy no alcanzo a comprender, Fernando y Johnny me pidieron que les ayudase a preparar la entrevista a Nina Freeman en Loop #1. Y aunque Tacoma no es un juego hecho solo por ella, aquí estaba yo: documentándome. Todo por la ciencia, por supuesto. Pidiendo disculpas mentalmente a mi amigo por adentrarme en Tacoma más por trabajo que por placer, pero contenta también de que al fin hubiera llegado el momento. Y vaya si mereció la pena, más sabiendo ahora que parte del equipo del juego es el mismo que el de la genial expansión de BioShock 2: La guarida de Minerva.

 


Se trata, básicamente, de una visita a una base espacial abandonada para recuperar un artefacto. Y dado que los elaboradísimos sistemas de seguridad de la base Tacoma han hecho un escáner 3D y han monitoreado toda la actividad y grabado hasta el último centímetro, nosotros podemos asomarnos y ver las vidas de los seis tripulantes durante los últimos días antes de su abandono. Ni más, ni menos. Por este motivo existen muchas reseñas negativas de Tacoma: no por no haber disfrutado de la historia (totalmente lícito) sino también, en parte, por malentenderlo pensando que se trata de un thriller. Tacoma es, en parte, el clásico juego de asomarse como un vouyeur a explorar habitaciones realistas y creíbles a investigar cada rincón de la nave, leer cada mail, explorar cada armario, y en resumidas cuentas, perder el tiempo buscando la combinación de esa taquilla que todavía no has podido abrir, para encontrarte dentro una manzana mordida y una foto de familia con una cara tachada. Apela a ese tipo de obsesión compulsiva de verlo todo, analizar todo, y disfrutar del morbo de mirar la vida ajena, con estancias que hablan mucho más allá de los diálogos.

 


No obstante, nuestra labor no se reduce a explorar escenarios: a la vez que visitamos diferentes lugares se van sucediendo escenas de los sistemas de seguridad en tres dimensiones y tamaño real, que podemos reiniciar, acelerar, parar... mientras nos movemos por diferentes salas, para comprobar qué está sucediendo en cada lugar y quién habla con quién en cada momento. Todo se sucede con simultaneidad, y es nuestro papel desentrañar la historia y descubrir cada recoveco del lugar. Sin dejar de lado los clásicos espacios que le hablan directamente al jugador comunicando mucho con muy poco,  pasa a ser una experiencia casi cinematográfica o teatral. Como ser un director montando una escena para su película, explorando cada recoveco y cada posibilidad, lejos de la típica arqueología de cajones. No es que no haya nada del famoso enviromental storytelling, pero digamos que aquí hay más.

 

 

Tampoco me ha parecido perfecto, y es que Tacoma tiene sus fallos. El principal, para mí, es su escasa duración de dos a cinco horas. Ojito, que lo he disfrutado más precisamente por habérmelo pasado de una sentada: el problema no es la duración en sí, sino las herramientas de las que dispone en ese tiempo para transmitirnos todo. No llegamos a conocer igual a todos los tripulantes, y en algunos casos no llegamos a interesarnos por sus vidas en el grado en que lo haríamos en una misión secundaria de Deus Ex. Faltan datos: algunos personajes están más desdibujados que otros y, fuera de un esquema básico de su personalidad y ocupación, es difícil enamorarse de ellos como pasaría en otros juegos.

 

 

Quizá Tacoma no es un juego que cambie la vida, pero entre los mal llamados walking simulator, a mí es sin duda de los que más me han gustado, y de los pocos que no me ha dado vergüenza ajena en ningún momento. Tiene una muy buena presentación, un excelente diseño de niveles para gestionar los espacios que visita el jugador y la naturalidad de estos, un trasfondo bien explicado a través de los elementos que encontramos a lo largo de toda la base, y alicientes de sobra para mantener el interés. ¿Hay juegos mejores que Tacoma? Seguro que sí, pero eso no quita que sea tremendamente recomendable.

 

 

 

4 comentarios:

  1. Hola, un análisis ameno, cortito y agradable (como el juego, parece) Seguramente me gustaría esta aventura. Tal como lo describes me recuerda a los Echo Night De PS1 y todavía más al Echo Night Beyond de PS2 (porque sucede en una nave en el espacio), pero este último no lo he jugado en serio. Allí son los espíritus de los muertos los que te vas encontrando pero aparte de este detallito parecen similares. A lo mejor todos ellos pertenecen a una escuela de juegos todavía más vieja, con cosas como el 7th guest por ejemplo. Me animaría con él pero es que un juego de 2017... esto es demasiado moderno para mí, yo que estoy atascado entre los 16 y los 32 bits!

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    1. ¡Hola, Bin! Pues muchas gracias por pasarte. Aunque sea moderno, le puedes abrir tu corazón también, que no muerde :P por suerte o por desgracia este estilo de juego evolucionado hasta este nivel es muy moderno, así que difícil encontrar un referente antiguo. ¡Siempre nos quedará Mizzurna Falls, supongo! Ya volveré a hablar de jueguines antiguos, no lo dudes.

      ¡Un saludo!

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  2. Genial análisis Rokusho, sin duda Tacoma es uno de mis Walking Simulators favoritos, por encima de otros que también cuentan a través de exposición similar o mucho más directa. Si bien es cierto que no todos los personajes tienen el mismo papel o importancia, el juego muestra muy bien como son, que relaciones tienen o cual es su papel en todo, además de todo el telón de fondo que hay político y de supervivencia, hacen que me parezca una obra muy redonda, pese a su escasa duración (que por otro lado a mi también me dio la vida)

    Un saludo :D

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    1. ¡Hola, Spiegel!

      A mí me ha gustado mucho, la verdad. What remains of Edith Finch me gustó más (no es que tengan tanto que ver, lo digo más en la faceta de que me gustó, vamos), creo que es un juego más redondo, y la unión de las mecánicas con lo que explica me llegó mucho más. No obstante, Tacoma está realmente bien: como dices, el trasfondo de su hipercapitalismo se va explicando y entendiendo fácilmente, enseñando un mundo bastante terrorífico (Y no tan lejos de la actualidad) que desde el espacio no se ve, pero se intuye.

      Su duración, creo, juega a su favor sin duda. Más que esto... No hacía falta :P

      ¡Muchas gracias, y un saludo!

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