BioShock 2 fue sin duda el mejor juego que pude probar el año pasado, y mi favorito de toda la saga (soy esa clase de bicho raro que ama BioShock 2, sí). Es por ello que necesitaba más, y cual fue mi sorpresa tras saber que, en la edición que incluye ambos, venía incluído este DLC. Lejos de ser el típico "dos armas nuevas y cuatro escenarios reciclados" que tanto se estila ahora, tenemos nada menos que una expansión como Dios manda con una nueva historia, escenarios completamente nuevos, y una aceptable longitud de unas cinco horas que, de no ser por su brevedad frente a las otras entregas, bien podría tratarse de un juego a parte. La guarida de Minerva (también conocido como Minerva's Den) ha supuesto una muy agradable sorpresa en una saga de la que pensaba que ya no podría llevarme muchas más alegrías, pero... craso error.


⬆