Escribo ésta entrada porque, al fin, ha llegado el ansiado momento: tengo el Drakengard 3. Aumentos y descensos de precio, cambios de tienda, preorders que no se mandan, ediciones chinas que no llegan. Un jaleo tremendo. Al final pedí que me devolvieran el dinero y me fui a comprarlo ayer a xtralife; hoy mismo me ha llegado con regalitos de trajes incluídos que a saber cuándo descargaré.


Es la edición americana normal, ni coleccionista ni nada (no soy millonaria y la europea me parecía carísima para no traer el juego. Algún día quiero la 10th anniversary), pero eso no quita que, en éstos momentos, SEA MÁS FELIZ QUE UNA PERDIZ. Quizá no como el día que me compré NieR (no espero que me vaya a gustar tanto ni de lejos), ni como cuando compré Persona 4 (porque P3 es la niña de mis ojos y yo entonces tenía 15 años), pero FELICÍSIMA IGUAL. Ojalá lo hubieran vendido en tiendas y hubiera podido ir a vivir la emoción del momento de la forma que merecía, pero qué le vamos a hacer.

UN DISCO DE VERDAD Y NO UN PAPELITO
CON UN CÓDIGO, QUÉ EMOSIÓN

Foto de familia en la que falta NieR porque está felizmente prestado en casa de Jannan, la única persona durante años a la que conocía que le gustase Drakengard. Desde aquí, unas disculpas: sospecho que tu pobre Bioshock va a quedar abandonado, pero es por una causa mayor. El juego se está instalando todavía (en mi vida había visto una instalación taaaaaaaan laaarga, me ha dado tiempo a hacer un reportaje fotográfico completo, visitar tumblr, fangirlear en twitter, comer, y aún me sobrará tiempo), así que sólo queda esperar. Espero que el espíritu de Cavia nos acompañe en éste viaje. Suerte que hoy entro a clase una hora más tarde...


⬆